Por Cesáreo Silvestre Peguero
Nacido el 16 de octubre de 1966 en San Pedro de Macorís,
la vida de Joaquín Raúl Custodio es un testimonio de la prudencia como una virtud fundamental. Desde joven, su camino se forjó en la educación, formándose en el Colegio Experimental de la Universidad Central del Este y en el Liceo José Joaquín Pérez.
la vida de Joaquín Raúl Custodio es un testimonio de la prudencia como una virtud fundamental. Desde joven, su camino se forjó en la educación, formándose en el Colegio Experimental de la Universidad Central del Este y en el Liceo José Joaquín Pérez.
Como egresado de la Escuela Juan Vicente
Moscoso, Custodio pronto se consolidó como un respetado educador y una voz pública. Supo entrelazar la docencia y la locución, pilares de su vida profesional. Como catedrático universitario y profesor de locución, no solo compartió conocimientos, sino que formó comunicadores con ética y carácter. Su labor se multiplicó en aulas y cabinas, donde preparó a las nuevas voces de la Región Este y de todo el país.
Moscoso, Custodio pronto se consolidó como un respetado educador y una voz pública. Supo entrelazar la docencia y la locución, pilares de su vida profesional. Como catedrático universitario y profesor de locución, no solo compartió conocimientos, sino que formó comunicadores con ética y carácter. Su labor se multiplicó en aulas y cabinas, donde preparó a las nuevas voces de la Región Este y de todo el país.
Su servicio a la comunidad lo llevó a la alcaldía de Juan Dolio–Guayacanes, donde demostró su sensibilidad social y capacidad de gestión. Hoy, como altodirigente del partido La Fuerza del Pueblo, su liderazgo destaca por la serenidad y la visión de futuro.
Su legado académico es incuestionable, evidenciado en el Instituto de Formación Humana (UNEDO), la primera escuela de locución de San Pedro de Macorís que él fundó y dirigió. De allí surgieron talentos como Martha Castillo, Nancy Rosario, Felipe de los Santos y el mismo autor de este escrito, demostrando el rigor y amor con que Custodio sembró en sus discípulos.
Más allá de sus títulos y logros, es un hombre de familia, casado con Miguelina Cardero y padre de dos hijos. Hijo de Andrés Custodio y Cruz Javier, la modestia no es una fachada, sino una cualidad que ha mantenido desde sus orígenes.
Como autor de El Mundo de Hoy y las Relaciones Humanas, su faceta de pensador se hace evidente. Su pluma es clara, sus convicciones son firmes y su trato es respetuoso. Como maestro y político, ha demostrado la rara virtud de unir en medio del conflicto, y su serenidad es una lección permanente.
En Custodio, la palabra se reviste de ética. La prudencia no es silencio, sino la sabiduría que guía. Su vida es un ejemplo de cómo la verdadera grandeza no está en el poder fugaz, sino en los valores que perduran.