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EL DOCUMENTAL COMO MEMORIA Y VOZ Cesáreo Silvestre Peguero es un investigador, periodista y escritor dominicano cuya...

lunes, 29 de septiembre de 2025

Somatización: el lenguaje oculto de las emociones según la psicoterapeuta Natalia Seijo

La somatización es un fenómeno tan común como desconocido. La

psicoterapeuta Natalia Seijo, especialista en trauma complejo, apego y psicosomática médica, lo explica con claridad: “La somatización es como la expresión de los síntomas a través del cuerpo, de todo aquello que a nivel psicológico o a nivel emocional no está resuelto”. En otras palabras, cuando callamos lo que sentimos, el cuerpo termina hablando.

En La Fórmula Podcast,, Seijo subrayó que el estrés, la ansiedad, los duelos y los traumas infantiles pueden transformarse en síntomas físicos sin causa médica aparente. No se trata de inventar enfermedades, sino de comprender que la mente y el cuerpo forman un todo.

“Somos cuerpo y mente. El problema es cuando no lo están tanto”, advierte. Esa desconexión puede llevar a vivir el cuerpo como un enemigo: fuente de dolor, fatiga o incomodidad.

En su libro El cuerpo tiene memoria (Editorial Montena), Seijo recoge historias de pacientes que ilustran cómo las experiencias emocionales influyen en la salud física. Una de ellas es la de Marisol, diagnosticada con fibromialgia tras dos décadas de peregrinaje médico. “Cuando tú tienes tantos síntomas y los médicos no te dicen qué te pasa, lo primero que piensas es que tienes algo malo. Y yo pensaba que me iba a morir”, recuerda esta paciente. El abordaje terapéutico, centrado en trabajar la ansiedad y en procesar duelos no resueltos, marcó un antes y un después en su recuperación.

La psicoterapeuta insiste en que la somatización no es algo negativo en sí mismo. De hecho, puede ser un mecanismo útil para identificar malestares internos: “Las somatizaciones también son la manera en la que nos damos cuenta cómo estamos en el mundo. Por ejemplo, si en una relación me siento mal y me duele el estómago, el cuerpo me está diciendo que esa situación no es buena para mí”. El reto aparece cuando esos síntomas se cronifican y limitan la vida diaria.

Seijo propone atender a las señales y darles un espacio en lugar de silenciarlas. A veces, los síntomas aparecen meses o años después del evento que los originó, lo que dificulta asociarlos. “El cuerpo va más despacio que la cabeza”, explica.

Preguntarse qué estaba ocurriendo en nuestra vida cuando comenzaron los malestares puede ser una pista valiosa para iniciar el proceso de sanación.

La experiencia clínica muestra que incluso enfermedades catalogadas como crónicas pueden mejorar cuando se aborda la raíz emocional. Tres mujeres —Marisol, María y Amada— compartieron públicamente sus testimonios en la presentación del libro de Seijo, confirmando que el trabajo terapéutico puede devolver funcionalidad y esperanza allí donde solo parecía haber dolor.

Escuchar al cuerpo es, en definitiva, un ejercicio de autoconocimiento y autocuidado.

Como resume Seijo: “Lo más natural es que somaticemos. El problema es cuando esas somatizaciones nos limitan la vida y se acaban convirtiendo en síntomas de enfermedad”. Reconectar con lo que sentimos, validar nuestras emociones y buscar ayuda cuando lo necesitamos son pasos imprescindibles para vivir mejor.

En Positivo

Gracias y desgracias

Por Cesáreo Silvestre Peguero


​Analizar el pro y el contra de este título es asomarme a un espejo que refleja dos caras de una misma realidad. En apariencia contradictorio, este paralelo encierra una verdad incuestionable: las redes virtuales son fuente de bendición y, a la vez, de extravío.

​Gracias a ellas, la voz del hombre común se ha liberado del cerco que por siglos impuso la prensa tradicional. Antes, los medios eran guardianes del discurso, filtrando lo que convenía a unos pocos y silenciando a la mayoría. Hoy, en cambio, cada cual puede alzar su palabra sin que un censor le arrebate su derecho a opinar. Es la democratización del pensamiento, el renacer de la libre expresión.

​Pero junto a esa gracia, también se asoma la desgracia. Porque en los mismos espacios donde florece la verdad, se desborda el libertinaje. Allí donde debería haber diálogo constructivo, brotan injurias, falsedades y palabras envilecidas. Se ha abierto una puerta por la cual entran tanto la luz como las tinieblas, y no siempre es posible contener la sombra.

​Y es que, si bien las redes unifican pueblos y derriban fronteras, también han permitido la propagación de lo ruin: la mentira disfrazada de noticia, la burla convertida en entretenimiento, la vulgaridad erigida en espectáculo. Todo ello amenaza con erosionar las buenas costumbres que sostienen la vida en sociedad.

​Por eso, digo: gracias a las redes, porque han multiplicado la voz del hombre libre; y desgracias, porque sin la virtud que da la verdad y el respeto, se convierten en abismos de degradación.

​La reflexión que queda es clara: no basta con tener la palabra, es preciso usarla con sabiduría. No es suficiente con tener acceso a la verdad, hay que abrazarla con valentía. La libertad sin responsabilidad no edifica, destruye.

​Que el eco de nuestras expresiones en las redes no sea un grito vacío ni un insulto sin causa, sino un aporte que eleve, edifique y acerque al bien. Que cada palabra compartida sea semilla de luz en medio del ruido.


El nuevo autoritarismo no se impone: se autocensura.

MÁRIAM MARTÍNEZ-BASCUÑÁN

En su última columna, la politóloga Máriam

Martínez-Bascuñán advierte sobre un fenómeno inquietante: la expansión de un “autoritarismo sin rostro” que se disfraza de normalidad democrática. A partir del caso de Jimmy Kimmel y de la denuncia contra Judith Butler, señala cómo decisiones aparentemente libres o administrativas responden, en realidad, al miedo anticipatorio. Retoma la noción de la mente cautiva de Czesław Miłosz para explicar cómo la autocensura se instala sin necesidad de coerción directa. Según Martínez-Bascuñán, el peligro radica en que instituciones y ciudadanos actúan como cómplices activos de este mecanismo invisible. 

Nadie ordenó censurar a Jimmy Kimmel. ABC tomó una “decisión editorial independiente”: suspender su programa tras sus bromas sobre el asesinato de Charlie Kirk. No hubo decreto presidencial ni censor oficial. A la Comisión Federal de Comunicaciones le bastó mencionar los “remedios disponibles” para contenidos problemáticos y se siguió la lógica empresarial. Todo muy normal, muy democrático, muy libre. Nadie ordenó tampoco a la Universidad de Berkeley enviar el nombre de Judith Butler a las autoridades federales. La Oficina para la Prevención del Acoso siguió “procedimientos estándar” al transmitir una denuncia de “presunto antisemitismo” nunca investigada. Butler recibió una carta diciéndole que su nombre figuraba en una lista federal. Solo procedimientos administrativos rutinarios. Bienvenidos al autoritarismo sin rostro.

En los cincuenta, el poeta polaco Czesław Miłosz observó cómo los intelectuales se autocensuraban sin coerción directa del régimen soviético, ajustando su comportamiento antes de que el Gobierno interviniese. El temor transformó su mundo interior condicionando sus palabras y silencios. Lo llamó “la mente cautiva.”

Etapas del vivir

Por Cesáreo Silvestre Peguero
Las etapas llegan, se marchan también, tal como se ausenta el tren...

Cada una nos habla con voz singular,
y nos deja un mensaje difícil de olvidar...

El secreto no es tiempo ni edad,
sino en la vida hallar claridad...

Aprovechar lo bueno, sembrar lo real,
y guardar en el alma aquello inmortal...

Aceptar al otro sin herir jamás,
es abrirle un camino de paz...

De todo ser humano hay luz que tomar,
un reflejo que puede guiar...

Seamos sinceros, sin máscaras ya,
que la vida desnuda la verdad mostrará...

Despertemos la fuerza que late en el ser,
un canto escondido que quiere nacer...

No nos detenga la sombra o el pesar,
ni el lamento vacío nos pueda atrapar...

Vivamos el día con noble razón,
y elevemos al cielo nuestra oración...

Lo justo y moral son brújula fiel,
tesoros eternos que apuntan al bien...

Quien siembra virtud cosechará paz,
quien abraza el amor siempre vivirá más...

Las etapas se van, mas queda el amor,
como huella sagrada que siembra el Señor...

El tiempo nos lleva, mas deja al final
la vida cumplida en lo eterno y cabal...