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Perfil del Autor: periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero

EL DOCUMENTAL COMO MEMORIA Y VOZ Cesáreo Silvestre Peguero es un investigador, periodista y escritor dominicano cuya...

martes, 21 de octubre de 2025

El Saqueo a la vista: La carretera que se tragó una montaña de dinero.

Por Cesáreo Silvestre Peguero

​"La verdad es como la luz: se puede intentar ocultar, pero no puede ser negada. La opacidad es el disfraz de la culpa."
​¡QUE LA CORRUPCIÓN NO PASE! ESTO NO ES UN GOBIERNO, ES UNA RED DE ENCUBRIMIENTO. El gobierno y sus funcionarios nos están engañando, no es un error, es un plan para saquear y taparlo. La obra de la entrada principal a la ciudad, la que está ubicada desde Santo Domingo hacia San Pedro de Macorís, es el remate del descaro. Se gastó una montaña de dinero que se perdió, sin que digan ni un solo peso de cuánto fue el costo real y dónde está la rendición de cuentas. Esconden el número porque el robo es público, pero la cifra es secreta.
​¡Y 23 MILLONES DILAPIDADOS EN UNA PLAZOLETA! La negligencia es aún mayor: la inversión de más de 23 millones de pesos en una plazoleta en esa misma entrada es una suma escandalosamente alta y sin justificación para una obra de esa magnitud. Este dispendio insultante demuestra la facilidad con la que dilapidan los recursos del Estado. Es una carretera sin transparencia y una plazoleta excesivamente costosa, dos ejemplos de un barril sin fondo que sirvió solo para llenar los bolsillos de unos pocos a costa del patrimonio público.
​LA OPOSICIÓN, CÓMPLICE DEL ROBO: La indiferencia total de los partidos (Fuerza del Pueblo, el Partido de la Liberación Dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano y el Partido Reformista) ante este saqueo es un acto de traición al pueblo. Se han quedado callados y han permitido que la malversación de fondos se consume sin una sola protesta seria.
​ALERTA AL PERIODISMO: Hacemos un llamado directo al CDP y al SNTP; ambos gremios periodísticos tienen la responsabilidad de cuestionar la mala acción del gobierno que opera en la oscuridad. Su pasividad es complicidad.
​LA ÚLTIMA TRINCHERA: La Confraternidad de Iglesias, la Unión de Juntas de Vecinos y los Clubes son la última trinchera contra la impunidad y la indiferencia política. Su misión es clara: deben mantenerse vigilantes y alzar la voz para denunciar el robo que ha dejado a Macorís sin sus millones y sin sus obras.
​Para que la gente se calle, el sistema usa sobornos directos: dinero que funciona como una licencia para el latrocinio que compra la conciencia de mucha gente de los medios. La moral de los periodistas se ha vendido por completo; la mayoría son bocinas a sueldo que garantizan que la impunidad siga tragándose el dinero del presupuesto del Estado.

EL ABANDONO CRIMINAL DEL HZOSPITAL DR. ANTONIO MUSA

​¡Vida o Maquillaje! Los 3 mil millones que solo compraron pintura.

​Por Cesáreo Silvestre Peguero

​"Cuando el dinero de la salud se roba, no se roban billetes; se roban días de vida, esperanza y dignidad."

​¡EL ROBO ES DELIBERADO! ESTO NO ES UN GOBIERNO, ES UN ACTO DE PILLAJE. El gobierno y sus funcionarios nos están engañando, y esta negligencia es un plan para saquear las arcas de la salud. El grito por la salud es un lamento ahogado en el Hospital Dr. Antonio Musa. Se anunció una inversión histórica, pero los más de tres mil millones de pesos que despilfarraron solo sirvieron para un maquillaje tonto en la fachada del centro.
​¿DÓNDE FUERON A PARAR MÁS DE 3,000 MILLONES DE PESOS? 
La carencia es total: el hospital carece de cosas fundamentales. Esta situación es de abandono y negligencia criminal. Los equipos que quedan lucen obsoletos y deficientes, obligando al personal a trabajar con las manos atadas. Además, hay mucha escasez de lo más básico, desde medicamentos hasta material de curación. Por dentro, las emergencias no dan abasto, falta de todo, y la gente sufre. ¡Es la prueba de que, para ellos, la vida de la gente vale menos que el césped de una rotonda!
​LA COBARDÍA DE LOS PARTIDOS: 
Es inaceptable el silencio cómplice de los partidos de oposición (Fuerza del Pueblo, el Partido de la Liberación Dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano y el Partido Reformista). Su indiferencia ante el sufrimiento de los enfermos demuestra que solo les interesa el negocio, no la vida.
​LLAMADO AL DEBATE ÉTICO: El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) están obligados a intervenir. Deben liderar un cuestionamiento público contra la malversación de fondos que le roba la vida a nuestra gente.
​¡QUE LA SOCIEDAD NO CALLE! 
Hago un llamado firme a la Confraternidad de Iglesias, a la Unión de Juntas de Vecinos y toda la sociedad civil: Es urgente que actúen para romper el ciclo de malversación. Tienen el poder de la vigilancia; úsenlo ahora para exigir el fin del abandono.
​Para que la gente se calle, el gobierno reparte pagos ocultos: este dinero funciona como una carta blanca para el robo que compra la conciencia de mucha gente de los medios. La moral periodística ha sido subastada; la mayoría son bocinas a sueldo que garantizan que la impunidad siga tragándose el dinero del presupuesto del Estado.

SENASA y el Silencio Oficial: Cuando la Corrupción Queda Sin Presos.

Por Cesáreo Silvestre Peguero
algomasquenoticias@gmail.com 

​Ese dinero robado del SENASA es una desgracia nacional, un golpe al pueblo humilde que confió en lo institucional. Aún no hay presos, ni justicia que quiera investigar, ¿será que esperan dejarlo pasar y al olvido echar? El oficialismo antes clamaba al PLD por corrupción, pero hoy calla y esquiva toda acusación. ¿Dónde quedó la promesa de un gobierno ejemplar? Hoy se disfraza la mentira y la verdad cuesta hallar. Y mientras tanto, la luz se apaga por el déficit brutal, no soportamos más cargas en este drama social. El pueblo observa, cansado, sin mucho ya que esperar, ¡pero aún puede empoderarse... y hacer a los corruptos pagar!
Por Cesáreo Silvestre Peguero
algomasquenoticias@gmail.com 

​Las llamadas ayudas sociales se han convertido en opio moderno; adormecen la conciencia del pueblo y aumentan la holgazanería disfrazada de necesidad. Mientras tanto, los surcos de la tierra se llenan de maleza y los corrales se vacían de animales. El campesino, antañosímbolo de dignidad laboriosa, hoy mira el horizonte con las manos ociosas, esperando una promesa que nunca llega.
Este populismo, vendido como justicia social, no es más que parasitismo político: una estrategia que debilita la autosuficiencia y asfixia el espíritu de trabajo.
El Gobierno de Luis Abinader se comporta como un padre insensato que vende la casa con la familia dentro, gasta el dinero en vanidades y luego para acallar culpas aparece con una funda de caramelos. Mas la familia, sin techo ni pan, despojada de la obligación y la dignidad del esfuerzo, termina muriendo de hambre y de olvido.
​Así mismo, la nación se empobrece mientras la propaganda florece. Millones y millones se derrochan en anuncios publicitarios, en voces alquiladas que aplauden la mentira, en periodistas que venden su conciencia al mejor postor.
Y mientras tanto, el pueblo sufre: los precios se elevan como humo inalcanzable, los medicamentos se vuelven inservibles por su costo o su falsedad, los hospitales ostentan fachadas de cristal y se desangran por dentro. La inseguridad vaga sin rumbo en las calles, y la esperanza se esconde tras cada reja y cada muro, y yo, como comunicador independiente, no puedo callar ante este espectáculo de decadencia.
​Ahora, en un gesto de cinismo, pretenden comprar conciencias prometiendo dádivas a los estudiantes, *como si el conocimiento pudiera nacer del soborno y no del esfuerzo, la virtud y el ejemplo.
Si la oposición no despierta y actúa de inmediato, si no se funde la voluntad de quienes aún creen en el trabajo honesto y el bien común, este gobierno seguirá haciendo de la patria su hacienda privada, repitiendo la vieja demagogia con palabras nuevas, mientras el pueblo noble pero cansado se hunde más en la pobreza y en la indiferencia.
​Porque un país no se levanta con limosnas, sino con inversión real en la producción, en la infraestructura que conecta el campo y el mercado, con justicia, con trabajo, y con líderes que teman a Dios y amen la verdad.

LA CARGA INSOSTENIBLE: Exceso de Legisladores y Privilegios Irritantes

​Por Cesáreo Silvestre Peguero

​La cantidad de legisladores en la República Dominicana siempre me ha parecido excesiva. He sostenido, y hoy reitero, que entre senadores y diputados debe eliminarse uno de los dos estamentos. El país no necesita tantas voces en el Congreso, sino 190 gargantas menos y representantes que hablen con verdad, que legislen con conciencia, y que sirvan sin vender su alma a los privilegios del poder.
​En muchos pueblos bastaría con un solo diputado que verdaderamente trabaje, escuche, y represente al ciudadano común. Por ejemplo, ¿qué hacen cuatro diputados por San Pedro de Macorís (Luis Gómez Benzo, Miguel Arredondo Quezada, Carlixsta Paula De la Cruz, Jacobo Ramos Crispín y Alcibíades Tavárez de la Cruz)? Poco o nada visible. Devengan sueldos altos, disfrutan de grandes privilegios y beneficios, mientras el pueblo sigue arrastrando las mismas carencias que justificaron su voto.
​Una Carga Innecesaria para el Estado
​La nación mantiene una estructura legislativa de 222 miembros —190 diputados y 32 senadores—, lo que equivale a un legislador por cada 48 mil habitantes, una cifra superior a la de muchos países con poblaciones más grandes y parlamentos más austeros. Somos, según estudios comparativos, uno de los congresos más costosos de América Latina.
​Cada diputado gana alrededor de RD$250,000 mensuales, mientras un senador percibe más de RD$320,000, sin contar los viáticos, dietas, gastos de representación, hospedajes, choferes, asesores y personal administrativo.
​A esto se suma el llamado “barrilito”, un fondo que se maneja con escasa transparencia y que en teoría es “social”, pero en la práctica ha servido para mantener clientelas políticas. Además, los legisladores gozan de exoneraciones para importar vehículos sin pagar impuestos, y hasta dos oficinas pagadas por el Estado, una en su provincia y otra en el Congreso.
​Todo esto ocurre en un país donde el maestro lucha por un salario digno, el enfermero por un incentivo, el agricultor por un subsidio, y el estudiante por una beca. Es decir, donde el pueblo paga los lujos de quienes prometieron servirle.
​El Deber y la Conciencia
​No se trata de aborrecer el cargo legislativo, sino de dignificarlo. El legislador debe ser ejemplo de honestidad, un servidor del bien común y no un consumidor del erario.
​El cargo público no debe ser una fuente de privilegio, sino una trinchera de servicio.
​Cuando un diputado cobra sin legislar, o un senador se acomoda en el lujo que le brinda el pueblo, no solo traiciona la esencia del servicio: traiciona a la Patria. El verdadero representante no busca prebendas; busca justicia. No se esconde tras los muros del Congreso; camina las calles, escucha al campesino, atiende al obrero, y entiende que su función no es gobernar al pueblo, sino servirle.
​El Mandato Revocatorio: Una Urgencia Moral
​El pueblo dominicano necesita herramientas reales para exigir cuentas. Urge aprobar una ley de mandato revocatorio, que permita destituir a senadores, diputados o funcionarios incapaces, indiferentes o corruptos.
​En países con visión democrática, el ciudadano puede revocar el mandato a quien traiciona su confianza. Aquí, en cambio, el pueblo vota cada cuatro años y luego debe soportar, atado de manos, a los mismos que se olvidan de él. Si el legislador no cumple, si el senador no asiste, si el diputado se burla del mandato recibido, el pueblo debe tener el poder de removerlo antes del próximo proceso electoral.
​Esa reforma no sólo sería un acto de justicia política, sino una lección moral. Sería el recordatorio de que el poder no pertenece al funcionario, sino al pueblo que lo concede.
​El Costo del Silencio
​El Congreso no puede seguir siendo un mercado de favores ni una casa de descanso bien pagada. Cada peso que el Estado gasta en privilegios es un pan que le falta a la mesa del pobre, un medicamento que no llega al hospital, un techo que no se construye.
​Reducir el número de legisladores y eliminar los privilegios irritantes no es un capricho: es un acto de sensatez nacional. Es una exigencia de justicia. Es devolverle a la Patria el respeto que merece.
​Reflexión Final
​La República Dominicana no se transformará mientras los cargos públicos sean vistos como premios y no como compromisos. No habrá un Congreso digno mientras el dinero pese más que la conciencia.
​Que los legisladores recuerden que el poder es préstamo del pueblo y que los privilegios no son eternos. Que sirvan con honestidad, o que se aparten del camino de la historia. Porque llegará el día en que el pueblo despierte y decida poner fin a esta ofensa, y ese despertar no habrá privilegio que lo detenga.