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Perfil del Autor: periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero

EL DOCUMENTAL COMO MEMORIA Y VOZ Cesáreo Silvestre Peguero es un investigador, periodista y escritor dominicano cuya...

jueves, 25 de septiembre de 2025

Después de la lluvia

La lluvia ha vuelto, y en su caída
un canto de cristal rompe el silencio.

Cada gota, un eco suave que me asalta,
recordándome la fragilidad de mis pensamientos
y el eco de tu voz que aún retumba en mi memoria.

​La armonía de su fluir, como un río eterno,
ha conmovido mi interior,
despertando en mí una inquietud de ternura,
un anhelo secreto que me ata a tu recuerdo.

​Ganas de ti…
como si el universo conspirara
para traerme tu silueta en cada reflejo de agua,
en cada nube que se abre en el cielo,
en el aroma de tierra mojada que invade mis sentidos.

​Aunque te siento mía,
la distancia se convierte en un muro invisible.
Tu ausencia es un silencio que pesa,
una sombra que me sigue,
una respiración que no alcanzo a escuchar.

​Me encuentro distante sin tu presencia,
como un jardín sin la luz del sol.
Tu esencia es el aire que necesito
para que mi alma vuelva a florecer.

​Cada aguacero me recuerda que te espero,
que el tiempo se hace largo en la espera,
pero también que la esperanza renace
como brote verde entre las grietas,
sostenida por la certeza de tu amor.

​Y mientras la lluvia no cesa,
mi corazón te pronuncia en silencio,
mi espíritu se eleva en busca de ti.

Eres mi refugio, mi certeza,
mi destino en cada amanecer después de la tormenta.

​Autor. -Cesáreo Silvestre Peguero

Más Allá del Servilismo: La Verdadera Esencia de las Relaciones Públicas

Por Cesáreo Silvestre Peguero

​El arte de las relaciones públicas no es un oficio, es una vocación. Es una de las labores más delicadas y cruciales de la comunicación. Olvídate del servilismo; su rol es una danza audaz que teje la confianza y blinda la reputación de la entidad que representa.
​Con la discreción como un escudo, el verdadero relacionista público sabe que su silencio es más poderoso que cualquier grito. 

No es una voz estridente, sino un faro de verdad y calma en la tormenta del ruido. El silencio es una estrategia de guerra cuando una respuesta puede ser el detonante de una crisis; espera el momento exacto para hablar, con la autoridad de la institución respaldando cada una de sus palabras.
​Su trabajo se sostiene sobre pilares inquebrantables:
​Credibilidad: Es un ancla de honestidad innegociable, una voz que inspira confianza ciega.

​Comunicación Efectiva: Su palabra no solo conecta, sino que impacta. Su oído no solo escucha, sino que comprende.
​Pensamiento Estratégico: Es el ajedrecista que ve el tablero completo, anticipando cada jugada para asegurar el triunfo.
​Adaptabilidad: Un ser táctico que no se quiebra ante la crisis, sino que la domina y la transforma en oportunidad.
​Ética Profesional: Su brújula innegociable, que dicta cada paso con transparencia y responsabilidad inquebrantable.

​No hay margen para la mediocridad. El auténtico relacionista público no busca aplausos; su voz exige ser escuchada porque su labor es la de un guardián. 

Rechazar la banalización de este oficio es un acto de pura integridad, un desafío directo a la superficialidad, especialmente en el campo minado de la política. Quien ejerce este rol con verdadera pasión entiende que solo la honestidad y la sobriedad son las únicas herramientas que, al final, construyen un legado invencible.

NUSESTRA HISTORIA NO DEBE SER NEGOCIABLE

Por Cesáreo Silvestre Peguero

​En San Pedro de Macorís, la memoria de la ciudad se ha vuelto un lienzo para las conveniencias de unos pocos. No es solo el capricho de cambiar nombres; es
una afrenta al alma que nos define, un borrón en el poema que hemos escrito juntos a lo largo de los años.
​Primero, la mano del alcalde *Raymundo Ortiz* se extendió para reemplazar el nombre de la calle Valentín Rodríguez, uno de los cimientos sobre los que se levantó esta tierra. Su legado fue sustituido por el de una figura religiosa, un acto que huele más a cálculo electoral que a una verdadera reverencia por nuestro pasado.
​Ahora, la sombra del diputado *Miguel Arredondo* se cierne sobre el Malecón, buscando borrar el nombre de *Gastón Fernando Deligne* de sus olas. Gastón no es solo una firma en un mapa, es el poeta que en 1891 unió su destino al de San Pedro, el eco de sus versos que aún resuena entre las palmeras. Sus palabras y sus restos están anclados a esta tierra.
​Se propone sustituir su recuerdo por el del empresario *César Miguel Féris Iglesias.* No se niegan los méritos de Féris, un hijo ejemplar y próspero. Pero el homenaje a un grande no se construye demoliendo el monumento de otro. Nuestra ciudad tiene avenidas vírgenes, edificios sin nombre, espacios suficientes para que el de Féris brille con luz propia, sin que se borre a quienes nos dieron origen.
​Esta insolencia de desterrar a los fundadores para congraciarse con ciertos sectores es una grieta en nuestro espíritu. Es un asalto a la herencia cultural que nos viste y una burla a las leyes que la protegen.
​El Malecón, con su brisa salada y sus atardeceres de oro, debe permanecer como un faro con el nombre de *Gastón Fernando Deligne.* Honremos a Féris Iglesias, sí, pero no con la amnesia de quienes nos construyeron.
​Desde aquí, la voz de la ciudad se alza como una marea, gritando que *la memoria no se negocia ni se vende; se honra.