Entrada destacada

Perfil del Autor: periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero

EL DOCUMENTAL COMO MEMORIA Y VOZ Cesáreo Silvestre Peguero es un investigador, periodista y escritor dominicano cuya...

viernes, 12 de diciembre de 2025

¿Debemos sostener lo que decía JESÚS?

Por Cesáreo Silvestre Peguero

Las enseñanzas de JESÚS, el Dios encarnado, no envejecen ni pierden su filo. Fueron, son y serán lámpara, guía y vida. Sus palabras no se marchitan con las estaciones del mundo; permanecen como roca donde el alma se afirma y como espada que separa la verdad de la apariencia. Las sagradas Escrituras nos llaman a vivir no solo a recitar las lecciones que Él proclamó durante Su paso terrenal.

Entre esas lecciones resplandece una sentencia que no admite medias tintas:
“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama” Mateo capítulo 12, verso 30. Lucas capítulo 11, verso 23.

No hubo ambigüedad en Su declaración. JESÚS habló con una firmeza que atraviesa los siglos y nos exige la misma determinación hoy. Quien es indiferente ante una causa justa que enfrentamos, no está a nuestro lado, aunque lo maquille con sonrisas vacías, poses aprendidas o palabras que no nacen del corazón. La hipocresía es el disfraz preferido de la neutralidad cobarde, y quien simula apoyo mientras se esconde en el silencio, se declara por sus obras.

No se trata de guardar rencor porque el resentimiento es veneno que enferma a quien lo alimenta sino de ejercer dignidad. La dignidad no es altivez; es autorrespeto. Es reconocer que, si sostengo un proceso legítimo para reclamar una deuda en el Ayuntamiento, y usted, pudiendo identificarse conmigo como compañero, amigo o colega de la comunicación, elige la indiferencia… entonces su neutralidad deja de ser prudencia y se convierte en postura. Y quien no está conmigo, contra mí está. JESÚS lo dijo, y la vida lo confirma.

Dios permite los procesos para pulir el carácter, para revelar quién está llamado a caminar contigo y quién solo transitaba como sombra pasajera. Es sabio delinear los círculos: quiénes permanecen dentro y quiénes, por su propia decisión, se colocan fuera. Lo advirtió Marin Luter King: no duele tanto la maldad de los malos como la indiferencia de los buenos. Y a veces, más dañina que una oposición franca es la sonrisa fingida del que calla cuando debería sostener.

Este escrito no busca herir; busca despertar. Ojalá cada lector examine su entorno, incluso dentro de su propio hogar, porque la sangre no siempre garantiza acompañamiento, y la lealtad no siempre habita en los apellidos. Dios honra la sinceridad del alma y revela, en Su tiempo, quién sostiene y quién simula.

Gracias por dispensarme su atención en este desahogo que aspira a ser luz y reflexión. Hasta una próxima entrega.

No hay comentarios: