Por Cesáreo Silvestre Peguero
La moderación es signo de madurez. Una virtud que encarna con natural nobleza el Licenciado Manuel Díaz Aponte, un hombre cuya palabra
enseña y cuya conducta inspira.
Su modo de vivir es una cátedra silenciosa: elocuente sin estridencias, firmeza sin arrogancia, y humanidad sin condición.
Hablar de Manuel Díaz es evocar a un comunicador que ha trascendido más allá del micrófono, pues en él habita la esencia de la ética profesional, la vocación y el respeto innegociable por la verdad.
Fue el Licenciado Manuel Díaz quien me abrió las puertas del noticiario Reportero 1200 que evolucionó a Reportero 6-70— y, más tarde, del emblemático COC Radio Noticias de Radio Dial, en aquel memorable año de 1994. Bajo su dirección, aprendí que comunicar no es solo informar, sino servir; y que la noticia se honra cuando se dice con verdad y se pronuncia con respeto.
Su vida profesional ha sido un viaje fecundo a más de catorce países, siempre ondeando la bandera de la prensa digna y la voz comprometida con la nación.
Durante su gestión como director de prensa de Radio Dial, la emisora vivió una de sus etapas más brillantes. Por sus micrófonos desfilaron los líderes más influyentes del país: Dr. José Francisco Peña Gómez, Jacobo Majluta, Jacinto Peynado, Maribel Gazo, Leonel Fernández, entre otros que honraron su espacio con palabra y pensamiento. A todos ellos, Don Manuel Díaz Aponte los entrevistó con la sobriedad y el respeto que lo caracterizan.
Fue además el único periodista del oriente dominicano que participó como representante en las Naciones Unidas, junto al Dr. Leonel Fernández, el Presidente de los Estados Unidos y otros líderes globales. Este hito marcó su carrera como una de las más notables dentro del periodismo nacional.
Manuel Díaz Aponte es esposo de la doctora Teresa Pérez de Díaz, reconocida odontóloga de San Pedro de Macorís, con quien ha procreado a Ramón A. Díaz Pérez, Tania A. Díaz Pérez y Moisés Manuel Díaz Pérez, todos ellos formados bajo los mismos valores de fe, humildad y servicio que caracterizan a sus padres.
No hay mérito que deba mirarse con mezquindad, sino con admiración. Sus más de 25 años de ejercicio profesional son un testimonio vivo de entrega, disciplina y decoro. Actualmente, el maestro Manuel Díaz, tras una carrera intachable, goza de su merecida pensión. Continúa, sin embargo, honrando la comunicación desde otros espacios de su vida.
Manuel Díaz Aponte es, sin duda, uno de los hombres que dignifican el periodismo dominicano. Y yo, Cesáreo Silvestre Peguero, doy fe de que en su ejemplo encontré la inspiración y la oportunidad que marcaron mis primeros pasos en esta noble profesión.
¡Que los nuevos comunicadores sigan su huella! Porque en hombres como Manuel Díaz Aponte se resume la verdadera trascendencia del comunicar con el alma.
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